El reto de comunicar con perspectiva de género
Hoy, 8 de marzo, se celebra el Día Internacional de la Mujer, una fecha destacada en el calendario desde que en 1975 fuera oficializado por la ONU; en este día, queremos reflexionar sobre distintas cuestiones referentes a este tema que todavía siguen muy presentes en nuestra sociedad y que nos atañen de forma directa.
El mundo de la comunicación y el periodismo no es ajeno a esta realidad, y actualmente, vive un punto de inflexión en la búsqueda de la igualdad de derechos para hombres y mujeres. Echando la vista atrás, debemos recordar que la movilización ‘Las periodistas paramos’ fue uno de los hechos más sonados para dar visibilidad y luchar contra esta problemática social durante el pasado año; esta iniciativa y la divulgación de su manifiesto, firmado por más de 8000 profesionales del sector, ha dado lugar a la creación de la plataforma ‘Comunicadoras 8M’, que reúne a todas las profesionales de nuestro sector.
En busca de la igualdad
A pesar de que cada año son más mujeres que hombres las que se titulan en periodismo, según el Informe de la profesión periodística de 2018, siguen existiendo factores discriminatorios para la mujer en este sector profesional, tales como mayores dificultades para acceder a un puesto de trabajo respecto a un candidato masculino, menores oportunidades para ocupar puestos de responsabilidad en las empresas, en la asignación de tareas informativas o en la imagen estereotipada que se transmite de las mujeres a través de los medios de comunicación.
En este sentido, tanto medios como otras empresas –estén relacionadas o no con la comunicación–, han comenzado a trabajar en cuestiones sobre igualdad de género, no solo con el fin de responder a una necesidad social, sino también para que las informaciones que transmiten ofrezcan la pluralidad y la diversidad sexual y de género que caracteriza actualmente a nuestra sociedad.
Se trata de apostar por la incorporación de una mirada completa que represente a toda la ciudadanía en la producción y difusión de contenidos y, sobre todo, en la toma de decisiones editoriales. Consideramos que es importante seguir con la labor que muchos medios ya han iniciado para cambiar unos patrones de comunicación que, durante tiempo, han normalizado el problema de la desigualdad entre géneros.
Para ello, debemos seguir esforzándonos en difundir temas y mensajes innovadores con el fin de combatir informaciones e imágenes discriminatorias, incorporando otras más inclusivas en defensa de la paridad entre hombres y mujeres. Sin embargo, son los propios estudiantes de periodismo o comunicación, quienes en muchas ocasiones señalan que la falta de educación en perspectiva de género comienza en las propias aulas de las Universidades, lo que conlleva un mal manejo de los temas relacionados con cuestiones de género, igualdad o violencia machista desde un principio.
Cambiar la manera de informar y comunicar no solo permitiría a los medios hacer un periodismo y una comunicación comprometidas que incorpore a toda esa realidad social, sino que también contribuiría a mejorar la posición de los medios ante una audiencia, que, desde hace tiempo, reclama nuevas formas y valores.
La inmediatez y las estrategias que marcan hoy en día la comunicación, provocan que frecuentemente no se realicen análisis críticos ni se informe con profundidad sobre los temas relacionados con la paridad, el techo de cristal o las agresiones sexuales. En este sentido, los medios son conscientes del gran poder que tienen para influir en la sociedad y crear conciencia sobre un tema que atañe a toda la sociedad.
Por ello, cada vez se está dedicando más tiempo a dar visibilidad a las desigualdades sociales, respetando a todas las personas, sea cual sea su género. Hemos avanzado mucho en las cuestiones referentes al trato igualitario, en la selección de las personas por su valía y no por su sexo, pero debemos seguir trabajando y aportar nuestro granito de arena desde la comunicación.
¿Por qué el Día Internacional de la Mujer se celebra el 8-M?
La explicación más verosímil de los orígenes de esta conmemoración se remonta al 8 de marzo de 1857 y queda enmarcada en plena revolución industrial, cuando un grupo de trabajadoras textiles salió a las calles de Nueva York para protestar por sus condiciones laborales; fue una de las primeras manifestaciones por la lucha de los derechos, la igualdad de condiciones y el empoderamiento de las mujeres, así como el germen de numerosos movimientos que se sucedieron a partir de aquel episodio que fijó la fecha del Día Internacional de la Mujer.
Sin embargo, no fue hasta 1909 cuando se celebró por primera vez el Día Internacional de la Mujer’; más de 15.000 mujeres se congregaron en Nueva York exigiendo una reducción de su jornada laboral, mejores salarios y el derecho al voto.
Un año más tarde, mujeres como Rosa Luxemburgo o Clara Zetkin, fijaron el ‘Día Internacional de la Mujer Trabajadora’ durante la II Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas en Copenhague. En España, el 8 de marzo de 1910 marcó un momento histórico, pues hasta ese día la mujer no pudo estudiar en igualdad de condiciones en las Universidades.