Informe de sostenibilidad: ¿Por qué es tan importante para las empresas?

El informe de de sostenibilidad o el estado de información no financiera es la herramienta de comunicación que una empresa utiliza para informar a sus grupos de interés sobre el impacto que genera su actividad en distintos ámbitos, como son el medioambiental, el social y el económico.

Esta memoria es clave para el ejercicio de transparencia, confianza y credibilidad con los stakeholders o grupos de interés de una gran empresa. Actualmente, la sociedad demanda información mucho más clara y honesta sobre sus actividades y el impacto de las mismas, lo que obliga a las empresas a centrar sus esfuerzos en comunicar lo que han hecho, hacen y harán para que su empresa contribuya a un desarrollo global cada vez más sostenible. Tanto es así, que la principal referencia que solicitan la mayoría de los inversionistas para valorar una posible colaboración con una empresa es el informe de sostenibilidad. Ésta es la mejor manera de cerciorarse de que las empresas tienen cabida en los estándares sociales –y legales[1]– que exigen que una empresa sea ética, perdurable y respetuosa con la población y el medioambiente.  

 

MÁS ALLÁ DEL RESPETO POR EL MEDIOAMBIENTE

El informe de sostenibilidad forma parte del compromiso de las empresas por integrar su modelo de negocio a la Agenda 2030 para el desarrollo sostenible. En ella, en 2015, la ONU incluyó 17 objetivos de desarrollo sostenible (ODS), cuyo octavo punto es el de promover el crecimiento económico inclusivo y sostenible. Este compromiso busca, además de la sostenibilidad productiva, la modernización a través del desarrollo tecnológico y la igualdad de oportunidades laborales para hombres, mujeres, jóvenes y personas con discapacidad.    

Teniendo la sostenibilidad como eje principal sobre el que gira esta rendición de cuentas por parte de las empresas, es fundamental entenderla más allá del respeto por el medioambiente. Además de esta protección al entorno natural que cita la RAE en su definición de sostenible, el desarrollo social, la anticipación al cambio, la gestión de riesgos y el crecimiento económico responsable deben ir de la mano para crear un entorno empresarial sostenible.

Es importante que la entidad haga un ejercicio de autocrítica y transparencia que también refleje lo que se hace mal y no solo lo que se va a hacer bien, ya que es fundamental tener presente que es una herramienta de generación de confianza con sus grupos de interés y los posibles inversores. Asimismo, también es necesaria la total y absoluta veracidad de cada información que se vierte en él sin olvidar el formato, predominantemente visual y conciso.

Por tanto, esta recopilación de información ha de partir de un modelo comunicativo eficaz ya que en ella la empresa materializa su preocupación y correspondiente ocupación en los distintos retos que debe asumir como agente social. Para ello, debe seguir el establecido por la GRI (Global Reporting Initiative), institución que ha implantado un modelo universal de memoria de sostenibilidad. Para poder ceñirse a este informe es necesario que la empresa haga un análisis previo para identificar los retos, priorizarlos y plantear las expectativas y necesidades que supondría llevarlos a término. La empresa, por el contrario, debe evitar que la memoria de sostenibilidad se convierta en un anexo poco accesible que refleje más un plan de marketing que un ejercicio de responsabilidad social.

 


[1] En 2014 la UE aprobó una Directiva para obligar a empresas grandes y de interés público a informar sobre sus impactos no financieros (Directiva 2014/95/UE sobre divulgación de información no financiera y diversidad). Posteriormente, el Artículo 262 de la Ley de Sociedades de Capital, el artículo 49 del Código de Comercio como estipula la Ley 11/2018 de 28 de diciembre trasladó que las empresas con más de 500 trabajadores o 250 durante dos ejercicios, cuyo total de las partidas del activo consolidado sea superior a 20 millones euros o el importe neto de la cifra anual de negocios consolidada supere los 40 millones euros, deben presentar dicho informe de manera anual.