La comunicación en 2020
El ejercicio 2020 ha sido un año atípico en todos los ámbitos, incluyendo la comunicación. En un entorno de crisis sanitaria, social y económica como la que estamos viviendo desde el comienzo de la pandemia, la comunicación se ha convertido en una herramienta todavía más determinante para empresas e instituciones, siendo fundamental para trasladar a la sociedad los esfuerzos que se están realizando, la actividad que se está desarrollando y los resultados que se están consiguiendo. Más aún que en condiciones normales.
En términos de contenido, la covid-19 ha acaparado de modo absoluto la actualidad informativa en todo este periodo. Esto se ha traducido en una reducción muy significativa del espacio y tiempo disponible en los medios para otros asuntos no relacionados con el coronavirus que, hubieran tenido un mayor interés informativo en un entorno “normal”.
El año 2020 también será recordado como el año del desarrollo y adopción –obligados– de todo tipo de herramientas que favorezcan la comunicación virtual. El confinamiento y las medidas de restricción y de distanciamiento social adoptadas en este tiempo han favorecido no solo la implantación del teletrabajo, sino también el desarrollo de alternativas para poder mantener encuentros con medios y periodistas a través de distintas plataformas que se han convertido en herramientas indispensables para el trabajo diario.
Desde el punto de vista de los medios, el impacto de la pandemia también ha contribuido a transformar y terminar de consolidar los hábitos de consumo de información de los ciudadanos. El confinamiento inicial de la población convirtió a los medios digitales como fuente principal para mantenerse informados y afianzó los muros de pago en las principales cabeceras. Hasta este momento, los diferentes proyectos puestos en marcha en España habían fracasado estrepitosamente. Y 2020 se contemplaba como el año donde los medios debían terminar de definir sus modelos, pero nadie contaba con la inestimable colaboración de la pandemia para terminar de dar el empujón a un modelo de contenido “premiun” que no terminaba de arrancar en España, si bien en el ámbito anglosajón ya contaba con ejemplos claros de que podía ser rentable, véase Financial Times, Wall Street Journal o New York Times. El reto ahora es comprobar su solidez cuando vuelva la normalidad.
Imagen de Markus Winkler en Pixabay
El ejercicio 2020 ha sido un año atípico en todos los ámbitos, incluyendo la comunicación. En un entorno de crisis sanitaria, social y económica como la que estamos viviendo desde el comienzo de la pandemia, la comunicación se ha convertido en una herramienta todavía más determinante para empresas e instituciones, siendo fundamental para trasladar a la sociedad los esfuerzos que se están realizando, la actividad que se está desarrollando y los resultados que se están consiguiendo. Más aún que en condiciones normales.
En términos de contenido, la covid-19 ha acaparado de modo absoluto la actualidad informativa en todo este periodo. Esto se ha traducido en una reducción muy significativa del espacio y tiempo disponible en los medios para otros asuntos no relacionados con el coronavirus que, hubieran tenido un mayor interés informativo en un entorno “normal”.
El año 2020 también será recordado como el año del desarrollo y adopción –obligados– de todo tipo de herramientas que favorezcan la comunicación virtual. El confinamiento y las medidas de restricción y de distanciamiento social adoptadas en este tiempo han favorecido no solo la implantación del teletrabajo, sino también el desarrollo de alternativas para poder mantener encuentros con medios y periodistas a través de distintas plataformas que se han convertido en herramientas indispensables para el trabajo diario.
Desde el punto de vista de los medios, el impacto de la pandemia también ha contribuido a transformar y terminar de consolidar los hábitos de consumo de información de los ciudadanos. El confinamiento inicial de la población convirtió a los medios digitales como fuente principal para mantenerse informados y afianzó los muros de pago en las principales cabeceras. Hasta este momento, los diferentes proyectos puestos en marcha en España habían fracasado estrepitosamente. Y 2020 se contemplaba como el año donde los medios debían terminar de definir sus modelos, pero nadie contaba con la inestimable colaboración de la pandemia para terminar de dar el empujón a un modelo de contenido “premiun” que no terminaba de arrancar en España, si bien en el ámbito anglosajón ya contaba con ejemplos claros de que podía ser rentable, véase Financial Times, Wall Street Journal o New York Times. El reto ahora es comprobar su solidez cuando vuelva la normalidad.